En el marco del Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), la Fundación Adecco, con la colaboración de Johnson&Johnson ha elaborado el primer informe Un Empleo para la #SaludMental, con el objetivo de destacar la importancia del trabajo como vector fundamental para la recuperación integral de las personas con estas discapacidades. El informe basa sus conclusiones en una doble encuesta a 101 empresas de 21 áreas de actividad (el 53%, de gran tamaño) y a 234 demandantes de empleo con certificado de discapacidad como consecuencia de un problema de salud mental. Los resultados han sido contrastados, asimismo, con empresas y entidades especializadas en salud mental: Hermanas Hospitalarias, Grupo 5, AMAFE (Asociación Española de Apoyo en Psicosis).
“Los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el año 2030 y cerca de un 25% de la población sufrirá algún trastorno de salud mental a lo largo de su vida. En este contexto, ha llegado el momento de derogar las consideraciones antiguas que relegan a las personas con estas discapacidades a la inactividad y/o dependencia para poner en valor sus competencias, habilidades y talento”– destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Por su parte, Luis Díaz-Rubio, director general de Janssen España asegura que: “Desde Johnson & Johnson trabajamos cada día para reducir la carga y la discapacidad que causan los problemas de salud mental y creemos firmemente en que poner el foco en las limitaciones de una persona en vez de hacerlo en sus competencias y habilidades hace que la organización pierda oportunidades de crecimiento y de aportar valor”.
El impacto del empleo en la salud mental
En términos generales, el empleo, cuando se desempeña en unas condiciones ambientales, psicológicas y socioeconómicas favorables, protege la salud mental de las personas, previene las patologías mentales y tiene un valor terapéutico y estabilizador. No en vano, las personas que trabajan focalizan su atención en las tareas y obligaciones propias del puesto, dejando un menor espacio a las preocupaciones, al estrés o a la ansiedad.
Tal circunstancia se evidencia al preguntar a los encuestados que se encuentran trabajando. Así, un 75% destaca que el empleo le está ayudando, efectivamente, a afrontar el problema de salud mental, mejorando su calidad de vida global. Asimismo, un 67% expone que trabajar ha incrementado su autoestima y confianza; seguido de un 46% que ha visto mejorar su ocio y bienestar. Por otra parte, un 39% ha estrechado su relación con familiares y amigos y un 34% subraya que, incluso, ha ampliado su red de apoyos gracias a los nuevos contactos que le brinda su experiencia profesional.
Según Miguel Simón Expósito, director de innovación y relaciones institucionales de Grupo 5: “se pone de manifiesto la importancia del trabajo como elemento de protección para las personas que tienen una enfermedad mental. No solo contribuye a la normalización y al incremento de la autonomía, sino que es un factor esencial en la reducción de la medicación y de la propia sintomatología”.
Por su parte, Javier Peña, técnico de empleo de Hermanas Hospitalarias añade que: “en los Centros de Rehabilitación Laboral se trabaja desde el modelo de atención centrada en la persona con un enfoque en el que el empleo es un pilar fundamental para la recuperación del proyecto vital”.
Aprovechamos para compartir este vídeo sobre salud mental y empleo que realizamos con motivo del Día Mundial de la Salud Mental en 2019.