Hermanas Hospitalarias en el Día Mundial de la Esquizofrenia

Con motivo del Día Mundial de la esquizofrenia, desde Hermanas Hospitalarias os compartimos la entrevista al médico psiquiatra Dr. Patrício Manuel da Silva Ferreira de las Hermanas Hospitalarias de Braga, Portugal que nos habla sobre una enfermedad que afecta a 24 millones de personas en el mundo: la esquizofrenia.

¿Cuáles son los principales síntomas de la esquizofrenia?

Cuando se habla de esquizofrenia, siempre se piensa en delirios y alucinaciones, pero lo cierto es que se trata de síntomas fácilmente observables y poco específicos de esta enfermedad.   Existen varios tipos de síntomas de esta enfermedad, desde alteraciones en el contenido o la forma del pensamiento, hasta alteraciones en la percepción sensorial o alteraciones motoras o, aún más difíciles de observar, los llamados síntomas «negativos» de la esquizofrenia.

¿Cuáles son los mayores desafíos para las personas con esquizofrenia en términos de integración social y laboral?

Por desgracia, aún hoy, tener una enfermedad mental diagnosticada es un obstáculo para la integración profesional normal. La sociedad sigue estigmatizando a los enfermos mentales. En las enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia, además de lo anterior, la propia patología repercute al máximo en la capacidad de la persona, tanto en términos de habilidades sociales como de capacidad para realizar tareas normales. El principal reto es, por tanto, rehabilitar, potenciar y maximizar lo que el enfermo aún es capaz de hacer, siendo un buen pronóstico que permanezca activo e integrado en la sociedad.

¿Cómo se refleja el carisma hospitalario en el tratamiento y cuidado de pacientes con esquizofrenia en su práctica clínica diaria?

Al tratarse de una enfermedad grave y a pesar de las terapias disponibles, el resultado no suele ser el mejor, muchos pacientes son sometidos a varias hospitalizaciones psiquiátricas y a menudo, debido al contexto social, se integran en Internados de Evolución Prolongada. Los Centros de las Hermanas Hospitalarias se convierten en su hogar y su personal en sus compañeros diarios.  El Carisma Hospitalario, presente en quienes les atienden, hace que el enfermo reciba el tratamiento necesario, siempre con la máxima calidad, comprensión y respeto a la persona, pero fundamentalmente acogiendo a quienes muchas veces han sido excluidos de la comunidad e incomprendidos en su patología.

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