A finales de marzo comenzamos con la iniciativa «La hospitalidad nos une», un espacio de reflexión semanal en que poníamos de relieve cómo se vive el carisma hospitalario en los tiempos que estamos viviendo.
Os dejamos las reflexiones sobre la hospitalidad en tiempos de pandemia y cómo esta nos une a pesar de las dificultades.
¡Que la luz de Espíritu nos guíe en este camino!
Para ver todas las reflexiones pincha en los pequeños cuadrados grises que ves debajo de este texto (cada cuadrado es una reflexión):
Comenzamos con la iniciativa «La hospitalidad nos une», un espacio de reflexión semanal en que ponemos de relieve como se vive el carisma hospitalario en los tiempos que estamos viviendo. No dudéis en hacernos llegar sugerencias o vuestras propias reflexiones a través de este enlace.
¡Que la luz de Espíritu nos guíe en este camino!
Viernes 27 de marzo del 2020
Hoy comenzamos con una reflexión de Sor Cristina Santiago, hermana hospitalaria y responsable de la pastoral juvenil vocacional de la provincia de España. ¡Esperamos que os guste!
“Jesús, al ver la muchedumbre, sintió compasión (…). Y dijo a sus discípulos: Dadles vosotros de comer” (cf. Mt 14.16)
“La hospitalidad nos une” nos enmarca en el centro de la acción que hoy impulsa la misión, el cuidado por la persona que sufre. Hoy, con más fuerza que nunca, en cada uno de nuestros Centros se vive esta unidad para afrontar esta pandemia que, de una manera imprevisible, se ha introducido en cada rincón de nuestro mundo.
El texto de Mateo nos despierta e invita a tener la mirada abierta, a dejarnos conmover por el dolor y el envío que hace a sus discípulos.
La historia se repite y en ella hoy queremos compartir con vosotros la entrega de nuestro Fundador, San Benito Menni, en la epidemia del Cólera (1885) que asoló España, sobre todo el pueblo de Chinchón, invadido totalmente por la epidemia. Fue incansable, tanto en la coordinación de los grupos de hermanos de San Juan de Dios y de las Hermanas Hospitalarias, que enviaba a servir a los contagiados, como en hacerse presente junto a ellos animándoles y dándoles las orientaciones necesarias para que pudiesen prestar a los enfermos una atención integral.
Hoy en esta situación del COVID-19, podemos decir: todos estamos en el mismo barco.
El Papa Francisco nos dice:
“No podemos distinguir “entre creyentes y no creyentes”. “Todos somos humanos y como hombres estamos todos en el mismo barco. Y ninguna cosa humana debe ser ajena a un cristiano. Aquí lloramos porque sufrimos. Todos. Tenemos en común la humanidad y el sufrimiento”.
“muchas enfermeras y enfermeros acompañan este deseo extremo con sus oídos, escuchando el dolor de la soledad, tomando la mano. El dolor de los que se fueron sin despedirse se convierte en una herida en el corazón de los que se quedan”.
Vemos cada día las palabras de Jesús, «Dadles vosotros de comer, en nuestros telediarios, en tantos rostros implicados en hacer vida la hospitalidad, en tantos profesionales que están en primera línea, en los cuerpos de seguridad, en tantos jóvenes voluntarios entregados desde la gratuidad y la solidaridad, para colaborar en paliar esta pandemia que nos ha dado la oportunidad de sacar lo mejor de nosotros mismos.
Juntos somos más.
Agradecida/os por el compromiso Hospitalario que en estos días se multiplica por todo el mundo y viviendo bajo la Protección de Nuestro Fundador San Benito Menni, pedimos que él sea hoy nuestro intercesor para que pronto se pueda erradicar esta enfermedad.
¡Ánimo! Estamos trabajando juntos para superarlo. ¡¡No estamos solos!!
Viernes 03 de abril del 2020
Rezo por ti
En estos tiempos que vivimos en los que estamos separados físicamente, podemos llegar a estar más unidos que nunca. Antiguamente San Benito Menni tenía presente a las hermanas hospitalarias a través de cartas. Hoy en día tenemos las redes sociales para acercarnos los unos a los otros de manera instantánea.
Pero hoy queremos dar un paso más:
“Sólo le pido que mi corazón sea sólo para Él y nada se distraiga en lo más mínimo de su constante servicio aunque me acribillasen cien veces al día” (C. 128)
“Pido a Dios me conceda la gracia de no dejarme impresionar, sino de recibir todo con imperturbable paz y serenidad de ánimo”(C.196)
Sólo pido me dé la santa perseverancia; pues esta es la gracia que cada día hemos de pedir al Señor y a María Santísima.(C. 237)
Así cómo hacía San Benito Menni, hoy y durante estos días queremos poner todas nuestras y vuestras preocupaciones en manos de Dios y pedir la intercesión de San Benito Menni. Desde la Comunidad de San Miguel, Madrid, nos gustaría orar por vuestras intenciones, vuestros familiares, por vuestras esperanzas…
Queremos abrir una ventana para ofrecer un tiempo de oración por el sufrimiento que en estos momentos está asolando a la humanidad, nos gustaría que nos hagáis llegar nombres de personas y familias que están viviendo esta situación con mucho dolor.
Ofrecemos un texto bíblico que nos iluminará y acompañará este tiempo. Puede ser una fuerza en la comunión, si algunos
queréis uniros a través del texto bíblico desde vuestras propias casas. El tiempo de oración ante el Santísimo expuesto, será los lunes de 18:00h a 19:00h.
Esperamos y confiamos, que este sea un momento de comunión y fortaleza.
Podéis poneros en contacto con nosotras y decirnos las intenciones por las que queréis que pidamos a través de este enlace.
De esta manera buscamos que nuestro carisma hospitalario nos una en la fe, así como hace años unió a todas las hermanas hospitalarias de todos los lugares de España.
“Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mt 18, 20.
A continuación podéis ver los pasajes bíblicos que utilizaremos:
06 de abril 13 de abril
Viernes 17 de abril de 2020
Tiempos de hospitalidad
“El sepulcro es el lugar donde quien entra no sale. Pero Jesús salió por nosotros, resucitó por nosotros, para llevar vida donde había muerte. Por eso, no cedamos a la resignación, no depositemos la esperanza bajo una piedra. Su luz iluminó la oscuridad del sepulcro, y hoy quiere llegar a los rincones más oscuros de la vida. Aunque en el corazón hayas sepultado la esperanza, no te rindas: Dios es más grande.” (Papa Francisco, 2020)
Hoy es tiempo de esperanza. Hoy es tiempo de resurrección. Hoy es el tiempo de la hospitalidad. Quienes nos quedamos en casa podemos sentirlo, podemos verlo a nuestro alrededor.
La palabra hospitalidad significa virtud que se ejercita con peregrinos y desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades. Significa acoger y recibir a extranjeros y visitantes.
Es algo que San Benito Menni experimentó en su propia carne, porque se puso también en primera línea entregando su vida en medio de guerras o enfermedades, a pesar de desfallecimientos y dolor, y luchó para que el mundo fuera un poco mejor. Él sabía que Cristo había resucitado, él creía en la esperanza, sabía que la muerte no tenía la última palabra.
Y no puedo más que ver las noticias o ver la ventana al mundo que es el móvil y pensar: hoy es el tiempo de la hospitalidad.
Hoy es el tiempo en el que, aunque no podemos abrazarnos, estamos unidos. Nos unen las pequeñas acciones que se vuelven grandes y más grandes. Nos une el sacrificio, nos une el sufrimiento de tantos, nos une el amor. Nos une, en definitiva, la hospitalidad.
“Ahora que vemos tantos rostros marcados por el dolor de la enfermedad, ante la muerte de seres queridos a los que no podemos despedir como nos gustaría, en estos momentos en los que quizá sentimos impotencia, seguimos viendo gestos de entrega, solidaridad y cercanía, donde el olvido de uno mismo es manifiesto.” (Osoro, 2020)
Esto sólo quiere decir una cosa: que Dios vive, aún en el corazón de aquellos que no le conocen. Dios vive, es más grande.
Y si Él vive, vive la esperanza y vive la hospitalidad.
Patricia Moreno, Agente de PJV de Hnas. Hospitalarias
Viernes 24 de abril de 2020
En primer lugar queremos felicitaros en esta festividad de Nuestro Fundador San Benito Menni. Hoy es un día muy especial en el que, aunque lo vivamos separados, podemos sentir la unidad en nuestros corazones. Gracias a tantos y tantos que hacen posible que la hospitalidad viva hoy.
Testigos de hospitalidad
Somos testigos de ver cómo la debilidad nos roza en familiares, colaboradores, personas asistidas, a través del cansancio o de la propia enfermedad. Y a la vez somos testigos de fecundidad, pues podemos tocar la tierra que somos y desde ahí hacer germinar lo mejor de nosotros.
Somos testigos de que esto es una oportunidad para aprender a adorar y dar gracias por el misterio de fragilidad y vulnerabilidad que envuelve esta aventura de nuestra vida, y acrecienta la fraternidad.
Somos testigos de cómo las personas asistidas dan ánimos a los propios colaboradores.
Somos testigos de cómo los colaboradores, a pesar de que sus labios son tapados por una mascarilla y la preocupación les invade por dentro, son capaces de sonreír con los ojos.
Somos testigos de los muchos, muchísimos desvelos de nuestros directivos (a nivel general, provincial y local) para afrontar esta situación de la mejor manera.
Somos testigos de la preocupación de los voluntarios que, continuamente preguntan por las personas asistidas, las hermanas y los trabajadores.
Somos testigos del sufrimiento de muchas familias y, al mismo tiempo, de su confianza en nuestro trabajo.
Somos testigos de la presencia continua de las Hermanas, cuya atención se hace material y se torna también oración.
Lo dice Jesús a sus discípulos –a nosotros- en el Libro de los Hechos de apóstoles: “Seréis mis testigos” (1,8).
Somos testigos de la mucha hospitalidad que nos rodea.
Jesús ha resucitado y nuestra hospitalidad da testimonio de ello.
Juan Carlos Estévez
Coordinador de Pastoral y Voluntariado. Clínica San Miguel
Viernes 1 de mayo de 2020
Queridos hermanos: Particularmente en esta Jornada, como también en la acción pastoral ordinaria de nuestras comunidades, deseo que la Iglesia recorra este camino al servicio de las vocaciones abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle “sí”, vencer la fatiga con la fe en Cristo y, finalmente, ofrecer la propia vida como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero. Que la Virgen María nos acompañe e interceda por nosotros” (Papa Francisco).
Este domingo 3 de mayo, celebraremos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, de cuyo mensaje hemos tomado el párrafo que abre este texto. Jornada en la que se nos invita a rezar por todas las vocaciones y a ayudarlas en sus distintas necesidades. Se nos anima también a descubrir la voz de Dios en nuestra vida, y confiando en Él, buscar su Reino, que no es otra cosa que la transformación de este mundo mediante la justicia, la paz, la hospitalidad, el amor…
En medio de esta pandemia que padecemos, podemos ver cómo muchas personas consagradas están dando un testimonio de entrega, de servicio y de acompañamiento en distintas necesidades. Y es que el deseo de Dios moviliza, empuja a salir al encuentro de la persona necesitada y no pasar de largo.
Entre nosotros, hay mujeres y hombres que tienen una vocación particular, y por ello han decidido consagrar su vida a Dios en servicio de los demás: sacerdotes, religiosas y religiosos, institutos seculares, misioneras y misioneros… En esta jornada, se nos invita a rezar por todos ellos, a tenerlos presentes y ayudarles como podamos.
A propósito de esta jornada, hemos elaborado esta oración a partir del Mensaje del Papa Francisco para este día, oración que os invitamos a rezar por el aumento de las vocaciones, y como muchas veces dicen las personas que atendemos: “para que haya más hermanas hospitalarias”.
Señor Jesús,
comienzo este diálogo contigo dándote las gracias
por tantas personas que dedican su vida a los demás a tu manera.
Gracias, porque su vocación nació de tu mirada amorosa hacia cada uno de ellos.
Gracias por salir a su encuentro e invitarles a que te siguieran.
Dales tu Espíritu, para que les fortalezca en las dificultades.
Tú, que conoces sus dudas, preguntas, miedos y fragilidades,
aumenta en ellos la certeza de tu presencia a su lado
y de tu asistencia en sus trabajos.
Unidos a la Virgen María,
también nosotros te alabamos y te decimos:
Tú eres grande, bueno, misericordioso,
y estás atento a nuestras necesidades.
Por medio de tu Madre, nuestra Señora del Sagrado Corazón,
te pedimos que sigas suscitando vocaciones
para que los humildes, tus predilectos,
sigan siendo enaltecidos. Amén.
Juan Carlos Estévez
Coordinador de Pastoral y Voluntariado. Clínica San Miguel
Viernes 8 de mayo de 2020
«Julito»
Recuerdo haber visto en los ribazos de aquel Centro educativo (niños y adolescentes –con diversidad funcional- se denominan actualmente), en aquellos ribazos, digo, cantidad de hierbas y florecillas a las que nadie hacíamos caso, nacían y crecían libremente regadas por la lluvia y arrulladas por el sol.
Pero aquella tarde-noche precisamente y en el mismo lugar, se estaba preparando un regalo, el más hermoso. Nunca lo olvidé.
Lo recuerdo como si fuera ahora. Al día siguiente salía yo para mi nuevo destino y ellos lo sabían. A punto de empezar la cena y mientras iban entrando al comedor, daba yo gracias a Dios por haberlos conocido; ciertamente habían sido un verdadero regalo para mí.
Ya, ya se ha completado el comedor, ya ¿pero Julito? Ah, ahí viene y, sin más, directamente, me entregó su ramo. ¡Qué emoción! No pude más, tuve que cubrirme la cara porque el tal regalo, no procedía de “interflora”, no. Julito había escogido en el ribazo, las florecillas más hermosas, las espigas silvestres más lindas, las hierbecillas más variadas, para expresarme su sincero cariño de niño, para decirme “adiós. Sí, llevo aquella foto en mi corazón porque fue para mí el abrazo de Dios en mi despedida.
Y es que Dios ha sembrado en cada persona una riqueza tal: cualidades, valores universales, humanos, hospitalarios… que brotan en cualquier momento, sobre todo si se cultivan.
Cuando cualquiera de nosotros hacemos un pequeño silencio en nuestra vida caemos en la cuenta de los muchos gestos hospitalarios que recibimos al cabo del día, de la semana, del año. Y con frecuencia, proceden de los que Jesús llama “los pequeños, los sencillos” a los que precisamente él se revela.
Y de la misma forma, en ese silencio nuestro, en ese pararnos, aparecen de alguna manera otras tantas personas, muchas, muchísimas quizá, que a través de gestos, palabras, actitudes, reciben o han recibido a través de cada uno de nosotros, el abrazo de Dios.
Viva Jesús, viva la Virgen María, vivan tantos Julitos, y tanta gente buena que nos revela cada día el verdadero rostro de Dios.
(De “Florecillas hospitalarias”)
Hermana Hospitalaria
Viernes 15 de mayo de 2020
Os deseamos a todos los madrileños un ¡Feliz San Isidro! Hoy una Hermana Hospitalaria nos comparte esta preciosa oración.
La hospitalidad
La hospitalidad nos une,
desde una radical confianza.
En Jesús que nos remite
gestos de amor y esperanza.
Y de acciones liberadoras,
acoge con gozo y dicha a los sin techo
y a las personas que la sociedad olvida.
Nuestro Santo Fundador, fue guiado por María;
Siendo profeta de amor,
de ternura y misericordia vivida.
Bien supo imitar a Jesús y con servicio y caridad,
hizo con fuerte plenitud
la bandera de la Hospitalidad.
Y con gestos de acogida
a las mujeres, enfermos y ancianos,
supo llevar cercanía,
a quienes se sienten lejanos.
Este año la pandemia,
se presentó en nuestra España;
Dejándonos la experiencia
del Virus de mala maña.
Pero en cada Hospitalario Centro,
buscamos el bienestar
porque tenemos muy cierto,
que Menni velando está.
A todos los que ponéis
lo mejor de vuestras vidas,
va la gratitud y el bien
y a todas vuestras familias.
Que María nuestra Madre,
Nos proteja con su bondad,
y con su amor entrañable
abrace a la humanidad.
Sor Pilar Fernández
Hermana Hospitalaria
Viernes 22 de mayo de 2020
Hoy os dejamos esta bonita reflexión compartida por nuestra Hermana Hospitalaria, Sor Francisca Hernández. Os dejamos un fragmento en imagen y el link para que podáis leerla completa:
Reflexión completa:
La hospitalidad nos une 20.05. Sor Francisca
Fragmento:
Viernes 22 de mayo de 2020
Hoy os dejamos esta bonita reflexión compartida por nuestra Hermana Hospitalaria, Sor Francisca Hernández. Os dejamos un fragmento en imagen y el link para que podáis leerla completa:
Reflexión completa:
La hospitalidad nos une 20.05. Sor Francisca
Fragmento:
Viernes 29 de mayo de 2020
Os dejamos con esta reflexión y testimonio. Es precioso:
Decir Hospitalidad, es para mí experimentar alegría y agradecimiento al ser acogido en un dispositivo en el que hay hermandad y fraternidad.
Cuando llamé a la puerta del Centro de Día de San Cristóbal (Villaverde), fui acogido y fui también encontrando con el paso del tiempo hermandad, afecto, amistad y solidaridad que transmiten quienes por allí pasamos: distintos profesionales y compañeros. Creando un ambiente de fraternidad, es decir de confianza entre todos, como si fuéramos hermanos de una gran familia.
No me cansaré de dar gracias al Señor, por conducirme un día, hace años, a esa casa de acogida (hospitalidad) donde buscan darme salud integral: espíritu, alma y cuerpo.
Gracias por Siempre a Hermanas Hospitalarias
JAVR
Viernes 5 de junio de 2020
La hospitalidad
Dios es brisa suave,
Dios es ternura,
Dios es caricia.
La pasada Cuaresma y Pascua las hemos vivido por todos nosotros de una forma totalmente diferente pero igual de profunda e intensa que todas. Esta epidemia nos está redescubriendo que Dios siempre interpela desde abajo, desde la vida, desde cada persona que estos días hemos y nos han acompañado en cada uno de los centros.
A veces como el Profeta Elías en el monte Horeb, intento buscar a Dios en el ruido del terremoto o la gran luminosidad de un fuego, pero situaciones como la que estamos viviendo son donde uno descubre que Dios es brisa suave, brisa que se percibe cuando cada mañana al llegar al centro uno se encuentra con la comunidad de Aita Menni. Todos nos hemos preocupado por todos, todos de todos. Y es que mi Dios es suave porque se esconde detrás de un ¿qué tal estáis?, detrás de un siento tu dolor, detrás de un rezo por vosotros o detrás de la alegría de la vuelta a casa de tantos seres queridos que este virus ha golpeado.
En esta tierra Sagrada de nuestros centros gracias a esta brisa que brota de todos ha ganado la hospitalidad.
Porque es hospitalidad, cuando Dios se convierte en ternura en los salones y habitaciones del hospital donde el personal asistencial acompaña a cada una de las vivas imágenes de Jesús.
Porque es hospitalidad, cuando Dios se convierte en caricia al final de la vida. Caricia que erradica el virus de la soledad, caricia que acompaña.
Porque es hospitalidad, cuando Dios se convierte en oración que desde el corazón de cada hermana de la comunidad día a día nos han ido recordando a todos.
Porque es hospitalidad, cuando Dios se convierte en recuerdo cuando en cada celebración los pacientes al encender nuestro cirio recuerdan a sus familias y voluntarios con la esperanza del abrazo esperado.
GRACIAS, DIOS PADRE POR SER BRISA SUAVE, GRACIAS DIOS PADRE PORQUE ERES TERNURA, CARICIA, ORACIÓN Y RECUERDO.
Egoitz Zabala Sagarna
Viernes 12 de junio de 2020
Os dejamos la última reflexión de La hospitalidad nos une. Esperamos que las hayáis disfrutado tanto como nosotras.
La hospitalidad nos une
Llevamos desde el mes de marzo inmersos en esta nueva realidad que ha supuesto la coexistencia con el Covid-19. Ante el desánimo que puede provocar y la crisis, social y económica, que esto está suponiendo para nuestra sociedad, ¿podemos sacar alguna reflexión optimista desde nuestra vivencia hospitalaria?
Decía San Benito Menni: “El Señor todo lo dispone para que de todo nos sirvamos para unirnos más a Él” (c. 11). En este sentido yo quiero pensar como el Padre Menni. Evidentemente, Dios no quiere esta situación, pero esta situación puede servirnos para acercarnos a Él.
En los centros de Hermanas Hospitalarias hemos vivido este acercamiento y unión con Dios y con los que nos rodean. Lo hemos hecho a través de la actividad diaria de colaboradores, hermanas, usuarios y usuarias. A través de compartir la vida y el tiempo en medio de esta pandemia. Si abrimos los ojos, el Señor se sigue haciendo presente cada día en la vida cotidiana de nuestros centros. Nadie puede negar que la labor hospitalaria durante la cuarentena, y durante la desescalada, nos está acercando mucho más a nuestros usuarios y a nuestros compañeros.
Y puede que, exceptuando las actividades pastorales, en esa tarea diaria en nuestras plantas no se hable de Dios directamente, pero consciente o inconscientemente lo estamos haciendo presente. Estamos viviendo una Evangelización transversal a través del trabajo diario y del cuidado de unos a otros. Pues Evangelización también es, al fin y al cabo, hacer obras con amor para llevar a otros al Amor con mayúscula. Como dice el Padre Menni, todo sirve para unirnos más a Él.
Durante estas semanas son numerosos los centros de Hermanas Hospitalarias que están compartiendo vídeos, escritos, cartas, canciones… Materiales que animan dentro y fuera de los centros. Frente al pesimismo que ha podido general esta situación, sobresale el optimismo. Haciendo caso al imperativo de San Pablo (Fp 4,4), a pesar de todo, hemos estado alegres en la adversidad.
La práctica de la hospitalidad nos sigue uniendo. Ahí es donde nuestro corazón suma nombres, caras, personas, obras que sacan lo mejor de nosotros. Que nos hacen ver que lo realmente importante, haya pandemia o no la haya, es mantenernos unidos.
Porque, en definitiva, como bien escribe Pedro Casaldáliga, sólo una cosa es realmente importante en esta vida:
“Al final del camino me dirán: —¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres.”
Alejandro Palacios, Coordinador de Pastoral y Voluntariado Clínica Padre Menni Pamplona