Bajo el lema “Un corazón que acoge, que abraza, que deja huella. Un corazón con valores”, 7 jóvenes están viviendo esta semana una experiencia hospitalaria en la Clínica San Miguel-LRHPS de Madrid. Jóvenes que están siendo acompañados de sor Cristina Santiago y Marta Vizcaino. Una iniciativa organizada por la Pastoral Juvenil Vocacional de Hermanas Hospitalarias.
El lunes 30 de agosto arrancó esta primera experiencia hospitalaria en la Clínica San Miguel-LRHPS de Hermanas Hospitalarias de Madrid. Un encuentro que tiene como objetivo acercar a estos jóvenes a otras realidades del mundo y hacerles partícipes de ellas, realidades como la salud mental. Jóvenes que como dice el Papa “viven en una sociedad que les necesita, necesitamos jóvenes que construyan un futuro basado en el amor, la acogida, el respeto, la empatía…”
Esta siendo una semana de compartir y de reflexionar sobre cómo vivimos en estos valores que ya apunta el Papa Francisco, valores como la acogida, el respeto, la empatía, etc. Reflexionar sobre los valores que nos definen y cómo podemos ponerlos al servicio de los demás.
Por supuesto, en el encuentro con la realidad de la salud mental nos acercamos también al estigma que sufren las personas con enfermedad mental. Con este “corazón que abraza” se pone la mirada en la vulnerabilidad y el antiestigma. En una sociedad que va tan deprisa, nos pararnos a reflexionar sobre nuestra debilidad para así poder acoger la de los otros. Pensamos en nuestros miedos y nuestra vulnerabilidad para poder entender que cada uno tiene sus miedos, unas veces tendremos más y otras menos pero lo importante es cómo reaccionamos y nos enfrentamos a ellos. Durante el confinamiento nos sentíamos todos muy vulnerables y frente a esta vulnerabilidad hubo gente que decidió rechazar a sus vecinos porque les ponían en riesgo y otros que les escribieron para ofrecer ayuda si la necesitaban. Hagámonos conscientes de nuestra vulnerabilidad y de la respuesta que damos.
A lo largo de la semana, también ha habido tiempo mirar en nuestro corazón como un “Un corazón… que deja huella”. Pensar en las personas que han dejado huella en nuestra vida y han tocado nuestro corazón y pensar en las huellas que estamos dejando en la vida de otros.
En definitiva, después de esta experiencia hospitalaria sus participantes se han ido con un corazón que está más lleno, al que invitamos a ser un corazón que acoge, abraza, tiene valores, deja huella, un corazón que se compromete.
Desde aquí agradecer a todos los que han hecho posible esta primera experiencia hospitalaria para jóvenes en la Clínica San Miguel, en especial a la comunidad de hermanas y a todos los colaboradores por su compromiso con nuestra pastoral juvenil vocacional.