Un nuevo pontificado se abre como signo de renovación, fraternidad y camino compartido.
Con profunda alegría y espíritu de comunión, la Fundación Hospitalarias recibe la noticia de la elección del nuevo Papa, Pastor Universal de la Iglesia y testigo de esperanza para nuestro tiempo. Esta nueva etapa nos invita a mirar al futuro con ojos de fe, a fortalecer la fraternidad entre pueblos y culturas, y a seguir construyendo juntos un horizonte de diálogo, paz y entendimiento.
En un mundo marcado por tantas heridas y desafíos, la figura del Santo Padre representa una guía espiritual, un símbolo de unidad y una llamada constante a cuidar de la vida, especialmente de quienes se encuentran en situaciones de mayor fragilidad. Desde nuestra vocación hospitalaria, inspirada por el Evangelio y la tradición carismática de nuestros fundadores, san Benito Menni, María Josefa Recio y María Angustias Giménez, acogemos este momento como una oportunidad para renovar nuestro compromiso con los valores de la Hospitalidad, la dignidad humana, el acompañamiento a las personas en situación de vulnerabilidad y la justicia compasiva.
Nos unimos a la oración de toda la Iglesia, pidiendo que el Espíritu Santo ilumine y fortalezca al nuevo Papa en su misión de pastorear al Pueblo de Dios con sabiduría, ternura y valentía. Que su pontificado sea fecundo en gestos de paz, inclusión y cercanía con las personas que viven el sufrimiento de la enfermedad mental, la discapacidad o la exclusión social.
Desde nuestras comunidades y centros en donde tenemos presencia, expresamos nuestra comunión eclesial y nuestro deseo de seguir colaborando activamente en la misión sanadora y humanizadora de la Iglesia.
¡Bienvenido, Santo Padre! Que el Señor lo bendiga abundantemente en este nuevo servicio.