La introducción de cambios en el entorno, haciéndolo más comprensivo, previsible y estructurado, reduce un 97 % los trastornos de conducta en los usuarios con discapacidad intelectual de mayor complejidad del Centre Psicopedagògic Mare de Déu de Montserrat de Hermanas Hospitalarias en Caldes de Malavella. Se trata de personas muy jóvenes (20 años de media) que también presentan autismo y que manifiestan, de manera habitual, conductas desafiantes, por lo que son las que requieren un mayor apoyo en el ámbito residencial.
La disminución de los trastornos de conducta en este colectivo está relacionada con una reducción de contenciones mecánicas y tratamientos farmacológicos. Este dato se desprende de un estudio realizado a un grupo de usuarios del Centre Psicopedagògic Mare de Déu de Montserrat con discapacidad intelectual y autismo a quienes, en 2016, se les había tenido que aplicar, de media anual por residente, 45 contenciones y 5 fármacos rescate, que son aquellos que hay que administrar cuando la conducta del usuario pose en riesgo su seguridad o la de los otros. En 2019, después de introducir de manera intensa modificaciones a nivel de entorno, las contenciones habían disminuido a 1,33 (usuario/año) y los fármacos rescate, a 0,13 (usuario/año).
Asimismo, según Isaac Riera, psicólogo de la Unidad Residencial para personas con discapacidad intelectual y trastornos de conducta del Centre Psicopedagògic Mare de Déu de Montserrat, durante la pandemia de Covid-19 no se han podido realizar muchas de las actividades que se llevaban a cabo en el exterior y de participación en la comunidad. “Gracias a las modificaciones introducidas en el entorno residencial se han podido gestionar de manera exitosa estos casos complejos a nivel de conducta, también durante una situación tan estresante como es el confinamiento”, señala.
La metodología que ha permitido obtener estos resultados tan positivos ha sido el llamado método TEACCH, que hace muchos años que se emplea en el ámbito de la enseñanza. De hecho, el Centre Psicopedagògic Mare de Déu de Montserrat es pionero en la aplicación de este conjunto de acciones dirigidas a modificar el entorno para ayudar al usuario a relacionarse con este de manera más eficiente. Así, la Entidad ha llevado a cabo formación en el método TEACCH a casi la totalidad de sus profesionales y realizado sesiones formativas a centros de discapacidad intelectual de todo el Estado. Gracias a la gestión exitosa de esta tipología de residentes, el Centre Psicopedagògic Mare de Déu de Montserrat se ha convertido en un centro de referencia en la atención de casos complejos.
Salas adaptadas que transmiten mensajes diferentes
La transformación del espacio residencial de acuerdo con los principios de la metodología TEACCH permite crear un entorno generador de oportunidades sensoriales y modulador de la conducta. “Estos cambios ofrecen opciones de aprendizaje basadas en las habilidades de cada usuario, mejorando su participación, autonomía y calidad de vida”, indica Riera.
La idea que rige este método es convertir el entorno en un espacio que sea lo más informador posible. Por este motivo, el Centre Psicopedagògic Mare de Déu de Montserrat cuenta con diferentes salas donde el color es indicativo de la tarea o dinámica que se realizará, colocando varios elementos que lo refuercen. Por ejemplo, según explica el psicólogo del Centre Psicopedagògic Mare de Déu de Montserrat, la sala verde cuenta con una franja de este color a media altura, un pictograma verde en la puerta, algunos objetos importantes para la actividad, también de color verde, paneles informativos verdes… En este espacio se fomenta un entorno de trabajo independiente, es decir, se promueve que la persona ejecute las tareas de manera autónoma.
Otra sala es la roja, en la cual hay una franja roja a media altura, un panel de este color para hacer la programación, una mesa roja, materiales colocados en tápers rojos, etc. Aquí se promueve un entorno de trabajo en grupo. “Esta tipología de usuario tiene muchas dificultades para trabajar de manera conjunta, por eso, este espacio les proporciona elementos que facilitan esta función”, señala Riera.
Los residentes pueden hacer actividades similares en ambas salas, aquello que las diferencia es la organización del entorno alrededor de la tarea. Por ejemplo, una actividad de clasificación, como poner pinzas o gomas a un cartón o rollo del mismo color, se puede hacer de manera individual o grupal. “Con esta ayuda a nivel de estructura física y de programación se evitan trastornos de conducta como agitación o ansiedad”, afirma el psicólogo del Centro.
Asimismo, la Entidad dispone de salas de relajación, que cuentan con pocos elementos, luz de baja intensidad, música relajante, pufs o colchones para poder sentarse en el suelo y estirarse…
Estimulación sensorial 24 h
Junto con el método TEACCH, a aquellos usuarios con más dificultades de comunicación se les aplica la estimulación sensorial 24 h, a fin de ayudarles, aun más, a entender mejor lo que sucede a su alrededor.
Para poder aplicar estas herramientas se lleva a cabo un análisis del perfil sensorial de cada residente para saber qué sensaciones le gustan y cuáles le molestan y diseñarle una dieta sensorial individualizada. Por ejemplo, a algunos usuarios la sensación de peso y presión les ayuda a autorregular sus emociones. En estos casos se les puede poner, antes del paseo diario, una mochila, que les ayudará a centrar la atención en aquella actividad y dejar de lado el resto de estímulos. A otro residente, que se guía mucho por los olores, se le coloca un colgante con un objeto que desprende olor y que le ayuda a distinguir el turno de la mañana del de la tarde.