Muchos de nuestros profesionales y usuarios han recibido ya la segunda dosis de la vacunación frente al Coronavirus SARS-CoV-2. Esta inmunización no implica que se puedan relajar las medidas de seguridad frente a la COVID-19 que están implantadas en los centros de Hermanas Hospitalarias España.
Compartimos con vosotros la infografía que han realizado desde el Servicio de Prevención Mancomunado, con información fundamentada en el conocimiento científico actual y que está encaminada a proporcionar una información clara y concisa acerca de la necesidad de mantener las medidas y prácticas seguras.
¿Por qué después de ponerte la vacuna contra la COVID-19 debes seguir usando mascarilla y manteniendo el resto de medidas de protección?
Los expertos coinciden en señalar que, una vez vacunada una persona, con las dosis recomendadas, y después de que hayan transcurrido unas semanas para que se haya generado una respuesta inmune, se considerará que está inmunizada, pero que deberá mantener las medidas de precaución establecidas: distancia de seguridad y uso de mascarilla.
¿Por qué?
Una vez vacunado, el organismo estará preparado para reconocer al virus, para producir anticuerpos y afrontar, así, nuevos contactos con el virus SARS-CoV-2 causante de la infección COVID-19.
Ninguna vacuna es 100% efectiva, la vacuna de Pfizer, por ejemplo, tiene un 95% de efectividad. Esto significa que existe un 5% de probabilidad de que esa vacunación específica, no produzca una respuesta inmune en el cuerpo de la persona vacunada.
Una buena cobertura de vacunación, puede reducir en gran medida la circulación del virus a través de la llamada inmunidad colectiva. La OMS estima que se necesita que un 80% de la población esté vacunada para contener la pandemia. Según los expertos, la vacuna funciona a través de la inmunidad colectiva (“de rebaño”) porque reduce el número de personas susceptibles (a la enfermedad) para que el virus no pueda circular más y quede contenido.
Solo cuando la mayoría de la población esté vacunada podremos plantearnos si es posible rebajar el grado de protección. Por tanto, una vez que la persona se haya vacunado, debe continuar con las medidas de prevención establecidas en la actualidad: mantener la distancia de seguridad y usar la mascarilla que se haya establecido para los distintos ámbitos: comunitario o laboral. Esto es así porque, aunque una persona esté inmunizada, no hay garantía de que no pueda ser vector de la enfermedad y, por tanto que no sea transmisor de la infección. Por ahora, no hay pruebas que demuestren que la persona vacunada no transmitirá el virus otras personas.
Por tanto, en el trabajo en nuestros centros, se debe usar siempre, el equipo de protección individual que se indique, aunque se esté vacunado.