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jose maria galan y alejandro florit

EthiCare’25: un congreso para situar la ética y la identidad en el centro de nuestra atención

La Fundación Hospitalarias y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios hemos celebrado nuestro I Congreso de Bioética conjunto para reflexionar sobre los desafíos éticos en la atención sociosanitaria, en un tiempo marcado por una revolución tecnológica que está transformando nuestra sociedad. El encuentro ha congregado a más de 300 profesionales y expertos en el Auditorio de la ONCE de Barcelona. 

En el marco de un convenio de colaboración en bioética entre la Fundación Hospitalarias y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, decidimos detenernos y reflexionar juntas en este congreso sobre cómo conseguir que las personas y la ética se sigan situando en el centro de nuestra actividad, para evitar que la ausencia de empatía y compasión se conviertan en una epidemia de inhumanidad dentro de los sistemas de salud.

Durante el encuentro, tuvimos la suerte de escuchar diferentes voces expertas que compartieron experiencias, dilemas y aprendizajes; y nos ayudaron a entender cómo podemos mantener viva la misión hospitalaria en un contexto donde la eficiencia y los resultados económicos a menudo tienden a imponerse sobre la ética

“Hay que educar la mirada. Vivimos un tiempo en el que todo sucede a mucha velocidad y los profesionales apenas tienen espacio para parar y deliberar. Sin embargo, la ética comienza cuando nos detenemos y nos preguntamos qué es lo mejor para la persona. La ética no es un añadido, es una necesidad básica”, explica Alejandro Florit, director de Identidad de la Fundación Hospitalarias. 

Por ello, según José María Galán González-Serna, director del Departamento de Ética de San Juan de Dios España, este congreso es una oportunidad para seguir construyendo juntos la visión ética de la hospitalidad, avanzar en la humanización de la atención y promover un diálogo compartido que nos ayude a descubrir caminos para afrontar los nuevos conflictos éticos que genera la evolución de la ciencia, la tecnología y la asistencia.

En este sentido, la doctora Montserrat Esquerda, pediatra y psicóloga del Hospital Sant Joan de Déu Terres de Lleida y decana de la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna-URL, destacó la importancia de cultivar una medicina y una asistencia más humanas: “La empatía y la compasión no son virtudes opcionales, sino competencias esenciales que mejoran tanto la salud del paciente como el bienestar del profesional”.

High Tech, High Touch en la atención a las personas

La revolución tecnológica y, especialmente, el auge de la Inteligencia Artificial, nos ponen en una situación de alerta ante una práctica médica que ofrecerá predicciones y tratamientos más precisos pero, al mismo tiempo, una medicina más fragmentada y burocratizada.

Por ello, Montserrat Esquerda alertó durante su ponencia High Tech, High Touch que debemos formar a profesionales que sepan escuchar, comprender, acompañar y comunicar, ya que son los ejes esenciales del ejercicio médico en un escenario donde la tecnología es cada vez más determinante. “Debemos avanzar hacia un modelo en el que la sabiduría sirva para escoger bien los fines y la inteligencia para encontrar los medios adecuados, y donde se promueva una formación profesional que valore tanto las ciencias duras como las habilidades humanas”, señaló.

La ética como reflexión primaria

Por su parte, Sebastián Mora, profesor y experto en ética social, y miembro de la Cátedra de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia de Comillas, hizo hincapié, durante su ponencia Hospitalidad y sostenibilidad económica: encuentros y desencuentros, en que la ética debe ir por delante de la sostenibilidad económica. “Si una institución pierde su identidad, se rompe. Nuestra misión no se mide en cifras, sino en la capacidad de seguir poniendo a la persona en el centro. En tiempos de cambio e incertidumbre, mirar a la fuente de nuestra misión es lo que nos mantiene fieles y comprometidos”, aseguró. La sostenibilidad económica, por tanto, debe estar siempre al servicio de la misión, y no viceversa.

El I Congreso de Bioética EthiCare’25 ha reafirmado nuestra convicción de que, frente a la velocidad y la presión del presente, debemos seguir apostando por un modelo de atención basado en la hospitalidad, la justicia y la dignidad humana, donde la ética impregne cada decisión y cada gesto de cuidado.