
La comunidad hospitalaria celebra su jubileo con el arzobispo de Madrid en la Catedral de la Almudena
Ayer 14 de octubre, la Catedral de la Almudena fue testigo de una emotiva celebración presidida por el Cardenal D. José Cobo, Arzobispo de Madrid: el jubileo hospitalario. Un acontecimiento de gran significado para la comunidad hospitalaria, que reunió a personas usuarias, hermanas, laicos hospitalarios y autoridades.
Al inicio, Alejandro Florit, Director Corporativo de Identidad de la Fundación Hospitalarias, recordó a nuestros fundadores San Benito Menni, María Angustias Giménez y María Josefa Recio: "quisieron responder a quienes viven en situación de vulnerabilidad, especialmente las personas con sufrimiento psíquico, con una atención de dignidad, cercanía y humanidad".
Durante la Eucaristía, el Cardenal Arzobispo de Madrid ofreció palabras de aliento y esperanza a los presentes haciendo una llamada a la unidad, especialmente en este año jubilar. En contraste con el individualismo que a menudo promueve el mundo, el Cardenal resaltó que el camino de Jesús es un camino de corazón, que nos enseña a caminar junto a otras personas en nuestras diferencias.
Por otro lado, compartió la experiencia transformadora de un joven usuario de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi (antiguo Hospital Aita Menni), cuya historia cambió al descubrir a Jesús y conocer a las personas que allí trabajaban y a los enfermos a los que atendían. Y terminó agradeciendo a las hermanas hospitalarias su ternura y hospitalidad, muy necesarias para el mundo actual, herido e individualista.
A la ceremonia asistieron también Sor Fuencisla Martín, Superiora Provincial; Alberto Martín, Director General de la Fundación Hospitalarias, y Sor María Rosario Iranzo, Consejera de la Provincia, quien animó a los presentes a tener "un corazón samaritano siempre atento para salir al encuentro del que más lo necesita".
Al finalizar la Eucaristía, algunas personas usuarias de centros de la Fundación Hospitalarias hicieron entrega al Cardenal de varios regalos, como una pañoleta con motivo del jubileo hospitalario, que el Cardenal no dudó en ponerse.