Se trata de unidades especializadas en la atención a adolescentes con trastornos mentales que requieren periodos de hospitalización más prolongados que los habituales en las unidades de agudos. Están destinadas a pacientes jóvenes que presentan dificultades para recuperarse en otros dispositivos psiquiátricos, ya sea en régimen ambulatorio o mediante ingresos breves. La duración de la estancia en estas unidades es de en torno a los seis meses.