El servicio de viviendas de alta intensidad está diseñado para jóvenes extutelados con discapacidad intelectual o en proceso de reconocimiento de discapacidad, que provienen del sistema de protección de menores y tienen dificultades para la inclusión (cognitivas, educativas, sociales, culturales, etc.).
Se trata de un proyecto pionero en Andalucía y el único que ofrece aspectos fundamentales para su integración social como la formación, orientación y práctica laboral. Atendemos tanto a jóvenes españoles como menores extranjeros no acompañados.
Este servicio ofrece un entorno adaptado y seguro donde los jóvenes pueden recibir una atención integral que abarca todas sus necesidades básicas y personales, así como un acompañamiento continuo para facilitar su integración social y laboral. Buscamos promover su autonomía a través de programas específicos que les permitan adquirir habilidades de vida diaria, como cocinar, hacer la compra, y gestionar su hogar. Además, se trabaja el desarrollo de actitudes como responsabilidad, compromiso y cumplimiento de obligaciones.
Los jóvenes reciben también formación y orientación laboral en colaboración con el Centro Especial de Empleo de Fundación Hospitalarias, lo que incluye prácticas prelaborales y la preparación para la inserción en el mercado laboral.
Además, en el caso de los menores extranjeros no acompañados, les ofrecemos apoyo en la gestión de la documentación necesaria para regularizar su situación, como la obtención del certificado de discapacidad. Este servicio también incluye clases de español, formación educativa y la participación en actividades deportivas a través del Club Deportivo de la Fundación, promoviendo el bienestar físico y emocional de las personas usuarias.
- Jóvenes de entre 18 y 25 años extutelados del sistema de protección de menores con discapacidad intelectual o en proceso de reconocimiento de discapacidad.
- Con dificultades cognitivas, educativas, sociales o culturales.
Proporcionar a jóvenes extutelados con discapacidad intelectual o en proceso de reconocimiento de discapacidad, un entorno seguro y adaptado que facilite su transición hacia una vida independiente, fomentando su autonomía a través del desarrollo de habilidades de vida diaria, como cocinar, gestionar el hogar, así como formación educativa, orientación profesional y prácticas laborales para mejorar su empleabilidad.