RESILIENCIA, DÍA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO

Hoy 28 de abril se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. En un contexto en el que la pandemia de COVID-19 nos ha enfrentado a retos sin precedentes, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), orienta su campaña a “desarrollar estrategias para fortalecer los sistemas nacionales de seguridad y salud en el trabajo (SST) con el fin de desarrollar resiliencia para hacer frente a las crisis, hoy y en el futuro, aprovechando las enseñanzas extraídas y las experiencias del mundo del trabajo”.

Más allá de la definición recogida en el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, resiliencia: “Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido”, nos insta a poner, en marcha, como institución, mecanismos que nos permitan trabajar en la incertidumbre, en las crisis, aprender de las experiencias y emerger transformada, de forma positiva. Hablamos, por tanto, de afrontar la adversidad, las dificultades, como colectivo, no del resultado de la suma de las resiliencias individuales, sino del efecto multiplicador de la integración porque, si algo nos ha enseñado esta pandemia es a poner en valor el trabajo colectivo.

Nos recordaba Sor Anabela Carneiro, Superiora general de la Congregación, con motivo de la celebración del día de San Benito Menni, la encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti: Señalaba la importancia de soñar juntos como Familia hospitalaria. Yo quiero resaltar el párrafo previo que fundamentaba esa exclamación “Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante”. Creo que es, precisamente, lo que hemos hecho este año, pelear la vida como comunidad para hacernos más resilientes, de seguir soñando, de mirar hacia delante con confianza.

Los profesionales del servicio de prevención de riesgos laborales, nos sentimos orgullosos de nuestra aportación en este ingente trabajo colectivo. Queremos agradecer especialmente la labor de los técnicos y las técnicas de enlace, esos colaboradores que compatibilizan sus tareas de prevención con otras funciones y que se han volcado en este tiempo tan complejo. Esta situación de pandemia ha posibilitado ir más allá del aspecto formal del artículo 16.1 de la Ley de prevención de riesgos laborales, aquel que habla de la integración de la prevención de riesgos laborales en el sistema general de gestión de la empresa. Nos hemos sentido integrados en el día a día de los Centros, escuchados y valorados. Queremos agradecerlo, estamos convencidos de que perseverar en esa dinámica, nos permitirá abordar cualquier desafío.

Queda aún mucho camino por recorrer. Hemos aprendido que hay que ser cautos en los procesos de desescalada, que la vacunación abre ventanas de esperanza futura para que podamos recuperar una ansiada normalidad, pero hemos de ser conscientes de que, aún existen muchas incertidumbres con las que tendremos que convivir, que, mientras tanto, debemos perseverar en mantener las medidas sobre las que existe consenso: higiene, distancia de seguridad, mascarillas.

Feliz Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo

  José Luis Lejárraga, jefe del servicio de Prevención Mancomunado de Hermanas Hospitalarias

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